Proyecto con la Comisión Nacional de Energía Atómica:
Objetivo: Pruebas de materiales y dispositivos filtrantes «punto de uso» destinados a familias rurales dispersas en áreas de alta concentración de arsénico.
Contexto
El agua es un derecho humano al que no todos acceden. Escasea o está mal distribuida, es causa de reclamos y donde hay suele tener problemas de calidad. Lamentablemente representa una carencia que es sinónimo de la pobreza rural y urbana. En la Argentina existen dos problemas marcados en relación a este recurso:
- Acceso: Según los datos arrojados por el Censo de 2010, 1.956.089 hogares de la Argentina, no tienen acceso a agua de red para beber y cocinar, de los cuales 544.808 son rurales, lo cual significa que más del 50% de los hogares son rurales. Para muchas familias de áreas rurales dispersas la solución para resolver el acceso al agua en cantidad suficiente podría ser una perforación para acceder a agua de acuíferos, pero a menudo esta agua no es apta para consumo humano por su concentración en arsénico.
- Calidad de agua: En nuestro país entre 2,5 y 4 millones de personas consumen agua con concentraciones de arsénico superiores al límite de tolerancia recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Distintos relevamientos han demostrado que las poblaciones de zonas rurales de Argentina consumen aguas con niveles de concentración de arsénico que superan de 10 a 50 veces el límite recomendado. Una investigación publicada en el 2006 por el Ministerio de Salud de la Nación identificó áreas arsenicales en al menos 16 provincias (435.000 kilómetros cuadrados). Lamentablemente, la Argentina es uno de los países del mundo con mayor población expuesta a arsénico en el agua.
Objetivo de Fundación Alimentaris
Alimentaris junto a la División Química de la Remediación Ambiental – Gerencia Química de la Comisión Nacional de Energía Atómica, se propuso desarrollar un proyecto de identificación de materiales y/o dispositivos de filtración en “punto de uso” capaces de brindar agua segura para el consumo de las familias de zonas rurales marginadas afectadas por altas concentraciones de arsénico en aguas de acuíferos.
Para esto se decidió seleccionar materiales filtrantes en función de su eficiencia, adaptación al contexto y costo. Luego en el laboratorio se desarrollaron ensayos con los materiales de filtración identificados tanto con aguas sintéticas como naturales de Santiago del Estero y de Chaco.
Alimentaris espera que con esta búsqueda de nano-materiales de alta eficiencia para uso en dispositivos de mantenimiento fácil, que no impliquen mayores cambios en los hábitos de consumo y de bajo costo, se puedan tratar aguas en áreas rurales marginadas, que brinden agua segura para beber y cocinar en cantidades suficientes para una familia.
Descripción del proyecto
Para poder completar el proyecto se identificaron varios materiales filtrantes capaces de remover arsénico del agua con mejores prestaciones y relación costo-eficiencia y se adquirieron muestras de material en cantidad suficiente para poder realizar los estudios de laboratorio.
En cada caso se aplicó el protocolo de prueba a los materiales y muestras seleccionadas para evaluar la capacidad del material para remover arsénico y a la vez determinar la cantidad de agua total que puede tratar el material en función de la concentración de arsénico. Así mismo se evaluó si el proceso de tratamiento alteraba o no la composición del agua y si existía alguna evidencia de que el material pudiera llegar a liberar algún elemento tóxico.
Conclusiones generales
Los ensayos con los materiales de hierro tanto en aguas sintéticas como reales mostraron que los materiales nanoparticulados eran mucho más rápidos y eficientes para remover arsénico de aguas a concentraciones por encima del límite establecido por la OMS y el Ministerio de la Salud Argentino. Dos de los nano-materiales seleccionados arrojaron resultados muy superiores a los otros: los materiales IIT Madras y GHE 102 con los cuales se logró filtrar hasta 1500 y 1800 volúmenes de lecho bajando la concentración de arsénico de 0,495 mg/L a 0,005mg/L, por debajo del límite establecido.
En el caso de aguas con altas concentraciones de arsénico (superior a 1,200mg/l), el tratamiento con los materiales no es aconsejable dado que no baja al límite aconsejado de 10 ug/L para agua de consumo humano.